jueves, 17 de septiembre de 2015

Una despedida para el amigo Eraclio Zepeda





                                                         



                                                    


Para despedirme de un gran amigo como lo fue Eraclio Zepeda retomo el pequeño y hermoso texto de la autoría de Octavio Paz refiriéndose al excelente escritor chiapaneco:

“La primera y única vez que vi a Eraclio Zepeda me pareció una montaña. Si se reía, la casa temblaba; si se quedaba quieto, veía nubes sobre su cabeza. Es la quietud, no la inmovilidad. Un signo fuerte: la tierra áspera que esconde tesoros y dragones. El lugar donde viven los muertos y los vivos guerrean”. (CVV).

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