lunes, 15 de febrero de 2016

j’tatic (padre) Samuel:En el entierro: “Jtatic Samuel, hoy aquellos que quisieron matarte ahora dicen que estuvieron al lado tuyo”


El Papa Francisco se hincará y rezará frente a la tumba de Samuel Ruíz García, ex obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, ubicada en la Catedral de la Paz de la ciudad colonial de Chiapas. Un grupo de periodistas le hacemos un homenaje al “jtatik” (padre en lengua tseltal) que consolidó una pastoral cercana a los pobres y marginados, además de construir – junto con teólogos y obispos de Brasil, Perú, Bolivia, México…- la teología de la liberación. A reserva que se tenga el folleto impreso y digitalizado en las próximas horas, a partir de la llegada del Papa Francisco a Chiapas publicaremos en las redes sociales algunos de los los materiales redactados en homenaje a “jtatik”.
Texto: Elio Henríquez, Juan Balboa y Berenice Moreno.
Caricatura: Enrique Alfaro.
Fotografías: Carlos Martínez Suárez.
Corrección: Humberto Pérez Matus.
Producción general: Enrique Alfaro y Juan Balboa.

                           Jtatik (padre) Samuel
                          

En el entierro: “Jtatic Samuel, hoy aquellos que quisieron matarte ahora dicen que estuvieron al lado tuyo”
Juan Balboa
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.-“Jtatic Samuel, hoy aquellos que quisieron matarte ahora dicen que estuvieron al lado tuyo; Señor Padre, todos los que te quisieron hacerte daño dicen que son amigos tuyos. Que mentirosos.

“¡Queremos iglesia al lado de los pobres”.
Quien gritaba por el micrófono frente a la Catedral de San Cristóbal de las Casas era el párroco de la Iglesia del Cristo Negro de Tila, Heriberto Cruz Vera, el sacerdote que estuvo en su lecho de muerte el pasado 24 de enero 2011en el Distrito Federal y animador de la misa masiva que se realizó el miércoles pasado frente a la Catedral de San Cristóbal e las Casas, conocida mundialmente como la Catedral de la Paz.

Y las palabra del párroco Heriberto Cruz Vera, uno de los discípulos del obispo Samuel, iba dirigido a varios de los hombres de poder y dinero de San Cristóbal de las Casas, conocidos como auténticos coletos, a los políticos que sin recato visitaron su féretro expuesto en la parte central de la Catedral.
Eran palabras que parecían bombas para los partidos políticos, sin excepción, que expresaron su “pesar por la muerte del obispo de los pobres”, cuando ellos mismos lo atacaron; al gobernador del estado Juan Sabines Guerrero que sin ninguna relación negoció con el actual obispo de San Cristóbal, Felipe Arizmendi, estar presente en todos los actos íntimos (hasta cargar el ataúd) del obispo; y, desde luego, a los medios de comunicación, en particular a los de Chipas, que desplegaron sus primeras planas y sus flachazos informativos dando la buena nueva de que un “obispo bueno” había fallecido.

La corriente que aún se mantiene vigente en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) apareció con una nueva redacción –ha tenido varias- en sus comunicados y recordó la campaña de violencia y agresión que sufrió el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas por parte de los gobernadores, empezando por el papá del que ahora tiene la embestidura de mandatario.
“…Lo que los gobiernos olvidaron propositivamente para cultivar la muerte, se hizo memoria de vida en la diócesis de San Cristóbal de Las Casas.

“Don Samuel Ruiz García y su equipo no sólo se empeñaron en alcanzar la paz con justicia y dignidad para los indígenas de Chiapas, también arriesgaron y arriesgan su vida, libertad y bienes en ese camino truncado por la soberbia del poder político.
“Incluso desde mucho antes de nuestro alzamiento en 1994, la Diócesis de San Cristóbal padeció el hostigamiento, los ataques y las calumnias del Ejército Federal y de los gobiernos estatales en turno.

“Al menos desde Juan Sabines Gutiérrez (recordado por la masacre de Wolonchan en 1980) y pasando por el General Absalón Castellanos Domínguez, Patrocinio González Garrido, Elmar Setzer M., Eduardo Robledo Rincón, Julio César Ruiz Ferro (uno de los autores de la matanza de Acteal en 1997) y Roberto Albores Guillén (más conocido como “el croquetas”), los gobernadores de Chiapas hostigaron a quienes en la diócesis de San Cristóbal se opusieron a sus matanzas y al manejo del Estado como si fuera una hacienda porfirista”, señala el comunicado zapatista.
Las agresiones sistemáticas del poder contra Samuel Ruiz

La diócesis de San Cristóbal de Las Casas fue agredida sistemáticamente desde el gobierno de Juan Sabines Gutiérrez, agresión que se agudizó con el gobierno de Absalón Castellanos Domínguez y Patrocinio González Garrido.

Con este último, Patrocinio,  la iglesia católica sufrió atentados y cierres de templos.
Los templos ubicados en los municipios de Tila y Sabanilla, en la región de la zona norte del estado, fueron las más afectados por la violencia que en contra la Iglesia desato el gobierno del estado y federal a través del grupo paramilitar priista “Paz y Justicia”.

En Tila, la organización del Partido Revolucionario Institucional (PRI) profano los templos de las comunidades de Corosil, reconstruido después por la propia comunidad; Huanal, también reconstruida por los pobladores; Jolniextié, y Libertad Jolniextié. Seis más fueron cerrados aún con la oposición de los católicos: Miguel Alemán, El Limar, Panwits, Crucero, Masoj Grande y Pastatal.
El atrio de la iglesia de El Limar, poblado considerado el principal centro de operaciones de Paz y Justicia en el municipio de Tila, fue ocupado durante meses por el Ejército mexicano y la Policía de Seguridad Pública del Estado.

En el municipio de Sabanilla, las comunidades choles de Bebedero, Moyos, Jesús Carranza, 20 de Noviembre, Pasija de Morelos, Xuxupa y Paraíso, también fueron cerrados a fines de los años noventa.
Los municipios de Huixtán y Chenalhó siguieron en la lista con el mayor número de parroquias afectadas por la violencia. En el primero, destaca la iglesia de la comunidad de San Fernando, que fue cerrada para todos los católicos y se prohibió asistir a la eucaristía bajo la amenaza de cárcel.

En la comunidad de Yabteclum, en el municipio de Chenalhó, fue cercado con alambre la casa de los catequistas. Pero aún más grave es la prohibición de las autoridades y agentes municipales priistas del municipio de Chenalhó, para que el sacerdote sustituto del cura francés Michel Henri Jean Chante -expulsado en el 1998, después de 32 años de ser el sacerdote en el municipio de Chenalhó- tomará posesión.
Violencia tenía como objetivo matar la pastoral autóctona

Pero la saña del gobierno federal  fue contra los sacerdotes extranjeros. La agresiones contra la diócesis de San Cristóbal de las Casas se iniciaron durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, a nivel federal, y de Patrocinio González Garrido, en el estado, pero se agudizaron tras la aparición del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en enero de 1994.
En 1998, Michel Henri Jean Chanteau, párroco de Chenalhó, fue detenido y expulsado del país, después de que el gobierno mexicano le negara la regularización de sus documentos migratorios.

Michel Chanteau, quien había cumplido 33 años de ser párroco en Chenalhó, engrosó a la lista de agresiones en contra del gobierno diocesano: encarcelamientos, expulsiones, amenazas de muerte y daños en templos.
El sacerdote francés formaba parte, desde 1994, de una lista negra de la Secretaría de Gobernación, la cual incluía a la mayoría de los curas extranjeros en la diócesis.

A partir del levantamiento armado del EZLN, Chanteau fue uno de los objetivos principales de la violencia que desataron, en el primer semestre de 1997, militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Con Chanteau, sumaron ocho los sacerdotes extranjeros -muchos de ellos con más de diez años de actividad pastoral en las zonas indígenas- que fueron expulsados de México, mientras que 15 curas abandonaron el país por presiones del gobierno mexicano.

El sacerdote belga Marcelo Rostaert, párroco del municipio de Soyatitán, fue el primer religioso detenido por cuerpos policiacos. El  22 de julio de 1990 fue arrestado y acusado de ser autor intelectual de invasiones de tierras en el municipio de Venustiano Carranza, según el expediente penal 578-B/990. El primero de agosto abandonó el país obligado por las autoridades migratorias.
A su vez, Joel Padrón González, párroco de Simojovel, lo detuvieron sin orden de aprehensión el 18 de septiembre de 1991. Sufrió cárcel en el antiguo penal estatal de Cerro Hueco, acusado de los delitos de despojo, daños, robo, amenazas, también de conspiración, portación de armas prohibidas, asociación delictuosa y hasta pandillerismo, según consta en la averiguación previa 3546\991.

El 10 de enero de 1995, el padre Miguel de Alba Cruz sufrió un intento de homicidio en la población de Chicomuselo. Asimismo, seminaristas de San Cristóbal de las Casas fueron hostigados y amenazados de muerte 20 días después.
El 10 de febrero del mismo año, Jorge Santiago Santiago, asesor de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai), fue detenido por ser presunto enlace con el EZLN. Se le acusó de los delitos de sedición, motín, rebelión, conspiración y terrorismo. Recupera su libertad meses después, al no aportar el órgano acusador elemento alguno de prueba para demostrar que era responsable.

En esos días, el sacerdote Víctor Anguiano, párroco de La Trinitaria, fue agredido al igual que el edificio del archivo diocesano. La curia diocesana sufrió otras agresiones en febrero de 1995. Un mes después, miembros del PRI hostigaron y amenazaron a frailes y monjas dominicos de la parroquia San Jacinto de Polonia, en Ocosingo.
Otros tres sacerdotes extranjeros de la diócesis de San Cristóbal -Rodolfo Izal Elorz (español), Jorge Alberto Barón Guttein (argentino) y Loren Riebe Estrella (estadounidense)- fueron detenidos y expulsados del país, acusados de participar en invasiones de tierras y ``organizar'' a los indígenas.

En marzo de 1996, los sacerdotes jesuitas Jerónimo Alberto Hernández López y Gonzalo Rosas Morales fueron detenidos violentamente por elementos de la Policía Judicial y Seguridad Pública del estado. Los acusaron de haber participado presuntamente en una emboscada donde murieron dos policías y cinco más fueron heridos.
En el segundo semestre del mismo año, el Instituto Nacional de Migración negó el permiso migratorio FM-3 a otros dos sacerdotes extranjeros del municipio de Salto de Agua: Joaquín Mnich, de Alemania, y Eduardo Machado, de India.(CVV).

j’tatic (padre) Samuel: Con júbilo y marimba festejaron los coletos la salida del jtatik


El Papa Francisco se hincará y rezará frente a la tumba de Samuel Ruíz García, ex obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, ubicada en la Catedral de la Paz de la ciudad colonial de Chiapas. Un grupo de periodistas le hacemos un homenaje al “jtatik” (padre en lengua tseltal) que consolidó una pastoral cercana a los pobres y marginados, además de construir – junto con teólogos y obispos de Brasil, Perú, Bolivia, México…- la teología de la liberación. A reserva que se tenga el folleto impreso y digitalizado en las próximas horas, a partir de la llegada del Papa Francisco a Chiapas publicaremos en las redes sociales algunos de los los materiales redactados en homenaje a “jtatik”.
Texto: Elio Henríquez, Juan Balboa y Berenice Moreno.
Caricatura: Enrique Alfaro.
Fotografías: Carlos Martínez Suárez.
Corrección: Humberto Pérez Matus.
Producción general: Enrique Alfaro y Juan Balboa.

                                       Jtatik (padre) Samuel
                            
Con júbilo y marimba festejaron los coletos la salida del jtatik

Berenice Moreno
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Abrazos, vino, música y hostias contrastaron con el rostro nostálgico y hasta con un dejo de impotencia de los indios seguidores del caminante. Los “auténticos coletos” celebraron así el retiro del obispo Samuel Ruiz García.

Sin perder la altivez, los sancristobalenses “de cepa” no ocultaron el orgullo y entraron a la catedral. Ahí, hincados frente el atrio, oraron para agradecer a Dios por la salida definitiva de Ruiz García de San Cristóbal de Las Casas.
Esta vez los “coletos” no llevaban huevos, ni cohetes, ni frutas podridas para lanzar contra el obispo Samuel y la catedral. Hubo regocijo, júbilo, flores y hasta comulgaron, tras seis años de autoexilio y enfrentamiento religioso con el jtatik.

Bien portados, atuendos de marca, cadenas y relojes caros, recibieron el sacramento y hasta la bendición. El agua bendita mojó parte del cabello y la ropa. Compartían risas discretas mientras Ruiz García entregaba la diócesis a Felipe Arizmendi Esquivel.
Desde allí el obispo pidió perdón a Cristo por sus errores humanos y pasó por alto los agravios cometidos por los “auténticos” contra esa congregación religiosa. Los coletos dieron rienda suelta a su fervor cristiano, con el código canónico, y la felicidad por lo que ellos en forma infructuosa intentaron durante la década reciente: expulsar a Ruiz García de Chiapas.

Hace seis años comerciantes, hoteleros y ciudadanos de la clase alta formaron el Frente Cívico de San Cristóbal de Las Casas –o “auténticos coletos”– para defenderse, según ellos, del “obispo rojo”, quien sublevó a los indios para quitarles las canonjías políticas y económicas que gozan desde la conquista española.
Ahora quemaban cirios, velas y veladoras y no ataúdes con la figura de Ruiz García; rezaron el padrenuestro y no consignas de muerte contra el obispo que durante cuatro décadas gobernó la diócesis.

Bien portados, los “auténticos coletos” abarrotaron la catedral y recibieron bendiciones de manos de los principales jerarcas católicos: el nuncio Sandri, el cardenal Norberto Rivera, entre otros religiosos, en lugar de una excomulgación por sus agresiones a la Iglesia.
Uno de los principales precursores de los ataques contra Ruiz García, el alcalde priista de San Cristóbal de Las Casas, Mariano Díaz Ochoa, degustó la hostia y el buen vino, repartió abrazos y hasta bromas de que por fin los años acabaron con su principal enemigo.

“Con la llegada de Arizmendi Esquivel tenemos mucha esperanza. Creo viene a unir a toda la diócesis y caminemos juntos. Lo único que pedimos como municipio es un acercamiento con toda la población”, dijo al término de la celebración religiosa.
Díaz Ochoa argumentó que acudió a la catedral por una invitación expresa del obispo Arizmendi. Altivo, como principal cabeza de los “auténticos coletos”, no mostró arrepentimiento de la campaña de agresiones contra Ruiz García. Además dijo que la llegada del nuevo obispo les abrió de nuevo las puertas del templo diocesano.

Ellos, quienes rehúsan llamar hermanos a otros de piel cobriza y andar descalzo, retornaron como un rebaño más a la guía del nuevo pastor: Felipe Arizmendi. (Tomado del semanario Páginas, mayo 2000).(CVV).

j’tatic (padre) Samuel: Sembró la semilla de liberación entre los más pobres




El Papa Francisco se hincará y rezará frente a la tumba de Samuel Ruíz García, ex obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, ubicada en la Catedral de la Paz de la ciudad colonial de Chiapas. Un grupo de periodistas le hacemos un homenaje al “jtatik” (padre en lengua tseltal) que consolidó una pastoral cercana a los pobres y marginados, además de construir – junto con teólogos y obispos de Brasil, Perú, Bolivia, México…- la teología de la liberación. A reserva que se tenga el folleto impreso y digitalizado en las próximas horas, a partir de la llegada del Papa Francisco a Chiapas publicaremos en las redes sociales algunos de los los materiales redactados en homenaje a “jtatik”.

Texto: Elio Henríquez, Juan Balboa y Berenice Moreno.
Caricatura: Enrique Alfaro.
Fotografías: Carlos Martínez Suárez.
Corrección: Humberto Pérez Matus.
Producción general: Enrique Alfaro y Juan Balboa.

                           Jtatik (padre) Samuel
                              
 
 
Sembró la semilla de liberación entre los más pobres

Juan Balboa

San Cristóbal de Las Casas , Chiapas, México.- Nuca se imagino el obispo Samuel Ruiz García que su travesía por Jerusalén, en los años cincuenta, lo volvería a realizar en el año dos mil para despedirse en Tierra Santa como obispo titular de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, una de las más importantes en América Latina.

Tampoco el sacerdote Patricio Arroyo, uno de los religiosos más cercanos a la familia Ruiz García, en León, Guanajuato, pensó que con sus gestiones, primero, para conseguirle una beca en el Seminario de León, y después, en una escuela de Roma, estaba gestando a uno de los obispos más polémicos de México en el presente siglo y sembrador de la semillas de la Teología de la Liberación en Latinoamérica.

A Samuel Ruiz García la suerte lo acompaña desde siempre: su madre embarazada no quiso que su hijo Samuel naciera en la ciudad estadounidense de Colton, California, lugar en donde junto con su esposo Maclovio trabajaban como indocumentados en el corte de la fruta.

“No quiero que mi hijo nazca en estas tierras de sufrimiento”, recordaba, en 1999, María de la Luz Ruiz García, hermana del obispo Samuel Ruiz García, quien murió el 24 de enero de 2011 en la Ciudad de México.

Maclovio Ruiz Mejía, según la hermana de don Samuel –también fallecida y sus cenizas colocadas el miércoles pasado al lado del féretro del obispo emérito de San Cristóbal de las Casas- , había vivido de carne propia el sufrimiento de los mexicanos indocumentados en Estados Unidos, razón por lo cual rechazaba a los vecinos del norte.

En los años treinta, estuvo en primera fila en las luchas campesinas sinarquista de Irapuato. María de la Luz,  la hermana que siempre estuvo al lado del obispo Samuel, evoca a su padre como un hombre que rechazaba a los norteamericanos y por eso estaba al lado de los campesinos.

“Era muy justo, él diseño y construyó tabique por tabique la casa en donde vivíamos. A Samuel lo respecto siempre.

“Cuando era joven todos los de su edad lo respetaron y le daban el paso en la banqueta. Para mi padre y Samuel primero estaba Dios antes que otra cosa.

“Mis padres eran como consejeros del barrio. Mi madre (Guadalupe García Esteban) preparaba a los niños para la primera comunión; casaba a los que no lo estaban; a los casados con problemas en su matrimonio los reconciliaba; aconsejaba a los alcohólicos y atendía a los enfermos que no tenían para curar sus enfermedades.

“Todos los problemas del barrio repercutían en la casa”, rememoraba en una entrevista con el reportero realizada en la casa diocesana de San Cristóbal de las Casas en el año 1999, a unos meses de que Samuel Ruiz García dejara de ser el obispo titular de la diócesis de San Cristóbal que presidió durante 40 años.

María de la Luz aseguraba que sus padres se fueron a vivir a San Cristóbal de las Casas, en donde también se encuentran enterrados, con el hijo obispo.

Resalta en la entrevista el “gran respeto” de sus progenitores al hijo y al obispo, y no se le borra de la mente cuando su padre Maclovio decía: “Aún con ese respeto, sé que las nalgas no las tiene consagradas, y si que puedo reprenderlo”.

En la entrevista, la hermana María de la Luz no podría dejar de comparar las bondades de su padre Maclovio con los de su hermano Samuel: “Nunca reclama Samuel, si la comida está mal nada hace”.

Después de cada comida, recordaba, agradece a los indígenas en cada dialecto. Si hay, agregaba, en una mesa extranjeros e indígenas traducía para todos (del tsotsil al inglés; del alemán al tseltal), y remata: “Samuel es como mi padre, justo y bondadoso”.



La relación entre el obispo Samuel Ruiz y su hermana Lucha, como se le conocía en la intimidad de su familia, era fuerte, eterna, grande.

Cuando el obispo Samuel Ruiz García recordaba públicamente la agresión en contra de su hermana, en 1998, siempre expresó una sensación de rabia por el atentado en contra de la vida de la persona con la que compartía y era ajena a los problemas políticos.



En una entrevista realizada en momentos del Diálogo de San Andrés, monseñor Ruiz García se refería con dolor a las agresiones a la diócesis de San Cristóbal y, desde luego, al atentado que sufrió su hermana Lucha, el cual, aseguraba, fue planeado y se pagó por ejecutarlo.

En varias ocasiones el obispo de San Cristóbal de las Casas fue agredido e intentaron asesinarlo. El 5 de noviembre de 1997 (un mes y medio antes de la masacre de Acteal) fue emboscado, junto al obispo coadjutor Raúl Vera, en el municipio de Tila, al norte del estado, por el grupos paramilitares de Paz y Justicia.

La agresión se realizó con armas de fuego y ocurrió a las 18:40 horas, cuando acompañados de 60 personas regresaban de Guadalupe Jonapá, en el momento que transitaban por la comunidad El Crucero, controlado por Paz y Justicia.

En el interior se encontraban el párroco de Tila, Heriberto Cruz Vera (quien fue el animador el miércoles pasado de la misa masiva frente a Catedral por las honras fúnebres del prelado), dos religiosas, varios catequistas de la parroquia y el médico del dispensario.

“Nos recibieron con ráfagas de disparos que provenían del monte a una distancia de unos cien metros de los vehículos en que nos transportábamos'', recuerda en una entrevista el párroco de la Iglesia del Cristo Negro de Tila, Heriberto Cruz Vera.

Días después de la emboscada le pregunte al obispo:

-¿En qué momento sintió usted miedo o temor a una agresión física, existe un sector en especial en quererlo eliminarlo o causarle daño?

-No entiendo la razón de ser de la pregunta ¿Si Cristo como hombre tuvo miedo en Gethzemani, ante su próxima pasión, le resta algo a ella?

“Si hay amenazas, si agredieron de muerte a mi hermana en mi propio domicilio (don dinero ofrecido de por medio y una libertad de rápida para el agresor); si con apoyo de ciertos niveles de autoridad se amenazó con quemar la Catedral y fue agredida la casa episcopal, habiendo sido documentado el caso con numerosas fotografías de quienes lo hicieron. ¿Cabe la pregunta de si hay un sector especial que quiera causar daño?

“Si los agentes de pastoral expulsados con lujo de violencia sigue siendo un hecho vergonzoso, y si permanecen inexplicablemente cerrados varios templos de la diócesis. ¿Cabe aún la pregunta?”

El obispo de San Cristóbal de Las Casas rechazaba que la situación que se dio en 1993 cuando se pidió su traslado, haya tenido causas intraeclesiásticas, pues aseguraba que desde esferas oficiales (el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari) pidió su remoción de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas.(CVV).

j’tatic (padre) Samuel: “Soy un verdadero patriota”: Samuel Ruiz


El Papa Francisco se hincará y rezará frente a la tumba de Samuel Ruíz García, ex obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, ubicada en la Catedral de la Paz de la ciudad colonial de Chiapas. Un grupo de periodistas le hacemos un homenaje al “jtatik” (padre en lengua tseltal) que consolidó una pastoral cercana a los pobres y marginados, además de construir – junto con teólogos y obispos de Brasil, Perú, Bolivia, México…- la teología de la liberación. A reserva que se tenga el folleto impreso y digitalizado en las próximas horas, a partir de la llegada del Papa Francisco a Chiapas publicaremos en las redes sociales algunos de los los materiales redactados en homenaje a “jtatik”.
Texto: Elio Henríquez, Juan Balboa y Berenice Moreno.
Caricatura: Enrique Alfaro.
Fotografías: Carlos Martínez Suárez.
Corrección: Humberto Pérez Matus.
Producción general: Enrique Alfaro y Juan Balboa.

                                       Jtatik (padre) Samuel

                                           

                             “Soy un verdadero patriota”: Samuel Ruiz

Juan Balboa
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. El obispo emérito de esta diócesis siempre se definió como un cristiano “patriota y mexicano”. Según él, al anunciar el evangelio de los pobres no contradecía al poder político porque la Iglesia católica mexicana “no era monolítica”, como tampoco, atajaba, el Partido Revolucionario Institucional.

A continuación algunos fragmentos de entrevistas realizadas desde los años ochenta con el entonces obispo de la sede eclesiástica de San Cristóbal de Las Casas.
–¿Cómo se define usted, señor obispo? ¿Patriota, nacionalista, cristiano…?

–Es que no puedo desligar una cosa de la otra. Si yo soy y me siento persona, miembro de una comunidad nacional a la cual pertenezco, no lo hago desligadamente de mis convicciones cristianas; no están en oposición, o por lo menos no hay oposiciones radicales, fundamentales, sino una trabazón interna. Los conflictos se presentan cuando ya hay situaciones injustas cuestionadas desde un momento concreto, pero el que yo sea cristiano me da una fundamentación mayor para ser patriota y mexicano.

–¿El anuncio del evangelio de los pobres no le trae contradicciones con el poder político?
–Evidente… Jesucristo lo planteó como una cosa que desde el principio se ve. La dinámica del poder en el mundo lleva, como dice él, un germen de dominación. Es decir, ustedes ven que quienes están al frente de los pueblos los dominan y buscan sus propios intereses. Esta dinámica como dominación está contrapuesta por una de la Iglesia, de servicio. Yo tengo poder. Me ha sido dado en el cielo y en la tierra, y con eso los mando yo a ustedes: vayan y anuncien la palabra del Señor. Es un poder diferente al político, que lo anuncia él (Jesús) como un servicio de lavarse los pies unos con otros.

“Se justifica la situación jerárquica de la Iglesia, es decir… que no son nombrados ni el papa ni los obispos de forma democrática porque se quiere asegurar a lo largo del tiempo la existencia de un servicio a la comunidad, no como resultado de un movimiento de facciones políticas que llevan ahora a éste o aquel otro al poder.”

–¿Usted ha tenido confrontaciones con gobernadores y presidentes de la República?
–No directamente… Sí hay un poder que yo ejerzo como servicio, que no confronta con otro que quiere ser conducción, o como se le quiera llamar, pero no concebido en su estructura misma como un servicio auténtico sino como una conducción, algunas veces por deterioro e inclusive en situación de corrupción que todo mundo conoce como una imposición destructiva y un control represivo de los brotes de transformación en la comunidad. Entonces las dificultades se plantean en la situación concreta, no en una discusión frontal porque ni yo exijo, y lo saben, ni ninguno de los obispos, reconocimiento de fueros o derechos determinados o de que seamos competidores de la autoridad en el momento dado y podamos lanzarnos como candidatos a gobernador del estado o cosa parecida.

“En ese sentido no puede haber una competencia directa y frontal si no es sobre las acciones concretas donde se está viendo una situación injusta. Nosotros acompañamos a la gente en el sentido de que habiendo dado una iluminación estamos de acuerdo en su lucha por una transformación y la búsqueda de los instrumentos adecuados para poder llevarla a cabo, con sus fallas y limitaciones. Nosotros acompañamos a quien está luchando por la construcción del reino de Dios…”

–¿Usted cree que la Iglesia debe participar en política?
–Primeramente te pregunto a qué le llaman política, porque generalmente cuando he escuchado esa pregunta lo hacen a no aplaudir al PRI. Pero si yo recibo en la catedral al gobernador y le toco las campanas, o a un candidato a gobernador, inclusive le preparamos por ahí un banquetito, pues eso no se llama entrar en política. Empezaríamos por definir qué entiendo por política.

“La política es preocupación activa por el bien de la comunidad. Polis –en la antigua Grecia, Estado autónomo constituido por un pequeño territorio– es la ciudad. Político es aquel relacionado con la polis, ciudad, y política sería toda actividad que tiende a construir, mejorar o también deteriorar el bien común de la comunidad humana. Eso sería en el sentido amplio… Existe también lo que llamaríamos una de la transformación de la sociedad, ya no sólo de mejorar lo que está existiendo, sino cuando llegamos a constatar que vivimos en una situación en donde la acción de la comunidad como tal es deteriorante, no solamente de ella misma sino de las estructuras de la sociedad como están funcionando. Entonces llegamos a la concepción de que es su límite y se necesita el cambio de la propia estructura. Así lo han indicado documentos pontificios desde tiempos atrás. El análisis de esta sociedad actual indica que hay estructuras de pecados, injustas, que es necesario cambiar…
“Para decirlo más chabacanamente, el problema no es el presidente que está en turno en un lugar determinado sino el caballo (la estructura) en el que está montado. Eso es lo que hay que cambiar.” (CVV).

 

j’tatic (padre) Samuel: La tumba del jtatik caminante es un santuario en Jovel



El Papa Francisco se hincará y rezará frente a la tumba de Samuel Ruíz García, ex obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, ubicada en la Catedral de la Paz de la ciudad colonial de Chiapas. Un grupo de periodistas le hacemos un homenaje al “jtatik” (padre en lengua tseltal) que consolidó una pastoral cercana a los pobres y marginados, además de construir – junto con teólogos y obispos de Brasil, Perú, Bolivia, México…- la teología de la liberación. A reserva que se tenga el folleto impreso y digitalizado en las próximas horas, a partir de la llegada del Papa Francisco a Chiapas publicaremos en las redes sociales algunos de los los materiales redactados en homenaje a “jtatik”.

Texto: Elio Henríquez, Juan Balboa y Berenice Moreno.
Caricatura: Enrique Alfaro.
Fotografías: Carlos Martínez Suárez.
Corrección: Humberto Pérez Matus.
Producción general: Enrique Alfaro y Juan Balboa.

                                        Jtatik (padre) Samuel
                                                 
 
             La tumba del jtatik caminante es un santuario en Jovel

Elio Henríquez
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Como fue su deseo, los restos de Samuel Ruiz García, obispo de la diócesis sancristobalense de 1960 a 2000, reposan en un féretro colocado detrás del altar de la catedral el 27 de enero de 2011.

Desde que fue sepultado, la tumba del j’tatik (padre en lengua tseltal) es visitada cotidianamente por muchas personas que lo recuerdan porque lo conocieron o por su trabajo pastoral en la defensa de los derechos de los pueblos originarios.
La mayoría se hinca, se persigna, reza, prende una veladora, ofrenda flores, agradece, y no pocos hasta piden les haga algún milagro, como ocurre en El Salvador a Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo mártir de ese país, ahora beato.

En la parte superior de la tumba, que forma parte de todo el conjunto del altar, hay una fotografía suya en la que aparece con sotana oscura, un báculo de madera –símbolo de los pastores, como él durante 40 años–, una mitra con bordados regionales y sus datos biográficos.
Una placa empotrada en la parte que oculta el ataúd color madera tiene inscrita la frase “Edificar para plantar el reino de justicia, de amor y de paz”, pronunciada en una de sus últimas homilías.

En torno al sitio fueron instalados protectores de madera de cedro mandados a hacer por el párroco de Tila, Heriberto Cruz Vera, uno de sus cercanos colaboradores. Para construir la tumba fue necesario solicitar autorización al Instituto Nacional de Antropología e Historia y “costó que diera permiso”, según ha relatado el obispo Felipe Arizmendi Esquivel.
En la misma sepultura fueron reinhumados los restos de su inseparable hermana Luz María, Luchita, quien había fallecido seis años antes que él, hasta entonces en la cripta de la catedral, construida en un subterráneo.

“Muchos no saben que está sepultado aquí; llegan preguntando dónde está, sobre todo las personas que vienen de fuera, porque los indígenas sí lo saben en su mayoría”, comentó una persona que trabaja en la catedral.
Quienes lo visitan, como lo hará el papa Francisco durante su estancia en la catedral el 15 de febrero, reconocen que en la tumba sólo está su cuerpo. Lo saben, su espíritu no está únicamente en ese recinto construido hace cerca de 500 años sino en las comunidades originarias, en el corazón de los pobres del país y de muchas partes del mundo, porque su figura trascendió fronteras.

Saben que la imagen del jtatik se agiganta por la importancia de su trabajo pastoral, por el impulso a la Iglesia autóctona –no autónoma– aun en contra de no pocos jerarcas católicos incrustados hasta en El Vaticano, por su defensa de las garantías de los mayas del presente, y también que su trabajo tendría menos valor si lo hubiera ejecutado durante un papado a modo como el de Francisco, quien se ha cargado hacia los pobres, los desposeídos.
Echan de ver que el espíritu de El Caminante –como se hizo llamar entre un amplio sector de grupos conocidos como radioaficionados, banda civil o ciudadana– está al lado del de fray Bartolomé de Las Casas, quien fuera primer obispo de Chiapas hace casi 500 años, pionero en defender los derechos de los indios y que aguarda una oportunidad para ser beatificado.

La visita del papa Francisco a la tumba del jtatik significa implícitamente un reconocimiento a su labor pastoral, a su defensa de los derechos de los pueblos originarios, de los pobres, y, claro, también a fray Bartolomé. (CVV). 

                                                 

j’tatic (padre) Samuel: Presentación



El Papa Francisco se hincará y rezará frente a la tumba de Samuel Ruíz García, ex obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, ubicada en la Catedral de la Paz de la ciudad colonial de Chiapas. Un grupo de periodistas le hacemos un homenaje al “jtatik” (padre en lengua tseltal) que consolidó una pastoral cercana a los pobres y marginados, además de construir – junto con teólogos y obispos de Brasil, Perú, Bolivia, México…- la teología de la liberación. A reserva que se tenga el folleto impreso y digitalizado en las próximas horas, a partir de la llegada del Papa Francisco a Chiapas publicaremos en las redes sociales algunos de los los materiales redactados en homenaje a “jtatik”.
Texto: Elio Henríquez, Juan Balboa y Berenice Moreno.
Caricatura: Enrique Alfaro.
Fotografías: Carlos Martínez Suárez.
Corrección: Humberto Pérez Matus.
Producción general: Enrique Alfaro y Juan Balboa.
 

                           Jtatik (padre) Samuel

                                   

                                            Presentación

Durante 40 años como obispo de San Cristóbal de Las Casas, Samuel Ruiz García dejó huella imborrable con el trabajo pastoral que replicó en todo México y países de América Latina. Fue de los participantes selectos en el Concilio Vaticano II, reunión ecuménica más importante del siglo XX para la Iglesia católica, la cual renovó y replanteó la liturgia con los pobres, convocada por el papa progresista Juan XXIII, en 1959, con el afán de dar nuevos aires al cristianismo.
El Concilio Vaticano II realizó cambios como oficiar la misa en el idioma de los feligreses y no en latín, incluir música y cantos durante el acto, así como que el padre estuviera de cara a los devotos. Abrió nuevos espacios a la participación de todos, incluido el mundo de los laicos, y al diálogo sin miedo con la ciencia.

El cónclave introdujo cambios en la visión de la fe y la Iglesia católicas. Las reuniones posconciliares de obispos latinoamericanos, como la de Medellín, Colombia, en 1968, ayudaron a adecuar las temáticas del Concilio Vaticano II a una realidad generalizada para una América Latina con pueblos pobres, marginados y explotados.

Samuel Ruiz García nació el 3 de noviembre de 1924 en Irapuato, Guanajuato. Allí vivió su infancia y a los 13 años ingresó al Seminario Diocesano de León. Estudió teología en la Universidad Gregoriana y en 1954 fue designado rector de su antiguo colegio. En 1959 se le nombró obispo de San Cristóbal de Las Casas, una diócesis caracterizada por su extrema pobreza y una población mayoritariamente originaria.
Sus últimos años los vivió acompañado por su hermana Luz María (Luchita). Murió el 24 de enero de 2011 y fue inhumado en la Catedral de la Paz de la famosa ciudad colonial de los Altos de Chiapas. Como si fuera el de un nuevo santo, el nicho donde reposa el cuerpo del obispo Samuel Ruiz García es visitado por un enjambre de personas –católicos o no; mexicanos o extranjeros; indios o políticos– para expresar pesar por su fallecimiento, manifestar admiración por su labor a favor de los pobres y pedirle “ayuda” para curar un enfermo grave o encontrar trabajo.

La tumba del jtatik Samuel Ruiz García es hoy parada obligada de miles de indios y ladinos, pero también de políticos, muchos de ellos enemigos que intentan lavar su imagen con una ofrenda floral o simplemente santiguarse frente al sepulcro ubicado en la catedral de la ciudad colonial.
El papa Francisco le hará un homenaje privado –sólo él– para reivindicar su trabajo pastoral y el nombre manchado permanentemente por los gobiernos mexicanos y de Chiapas. Un grupo de periodistas le hace una pequeña distinción con la publicación (impreso y digital) de este folleto. Honor a quien lo merece.(CVS).