miércoles, 5 de julio de 2017

Para aliviar la tristeza, lo mejor es un hermoso recuerdo

                                        


Juan Balboa
El martes 4 de julio del 2017 fue sin duda un día triste para todos los que fundamos La Jornada.

Fue un día triste al conocer cómo los directivos del periódico la hicieron de esquiroles, actuaron exactamente como aquellos grupos de choque que tanto critica el diario, se aferraron a su hueso millonario y a la mina de oro que saquean día con día.

Fue un día triste pues nos enteramos de la doble moral de periodistas como Blanche Petriche o la misma Carmen Lira, entre muchos más directivos y miembros del Consejo de Administración de la empresa Demos, Desarrollo de Medios, S. A. de C. V., editora de La Jornada:

“… Sospecha de desvíos financieros y despido de varios gerentes probó el poco control del Consejo de Administración. Hoy hay algo peor. ¿Se sabía? Porque la autoridad laboral de la Ciudad de México lo encubre. La mayoría del personal directivo, antiguo como Blanche Petrich y otras personas, se liquidaron según las reglas del IMSS, y trabajan ahora por honorarios. Por eso no les importa para nada el contrato, ese contrato les permitió cobrar buen dinero por la afore, hoy les pagan doble, y claro las prestaciones de marcha al liquidarse. Trabajando por honorarios cobran dos salarios el del IMSS y el de La Jornada. Me explicó una abogada de experiencia y conocedora de lo laboral que ello es un fraude al IMSS y, además, es inmoral.

“Se puede probar que empezando por la directora tienen prensión. ¿Saben que uno se puede pensionar hasta con el 90 por ciento del último salario? Así es. No sé de cuánto, la cantidad es irrelevante, pero el acto es reprobable. Así las cosas, no importa lo demás. Se entregaron las pruebas a la Junta de Conciliación.

Sospecha de desvíos financieros y despido de varios gerentes probó el poco control del Consejo de Administración. Hoy hay algo peor. ¿Se sabía? Porque la autoridad laboral de la Ciudad de México lo encubre. La mayoría del personal directivo, antiguo como Blanche Petrich y otras personas, se liquidaron según las reglas del IMSS, y trabajan ahora por honorarios. Por eso no les importa para nada el contrato, ese contrato les permitió cobrar buen dinero por la afore, hoy les pagan doble, y claro las prestaciones de marcha al liquidarse. Trabajando por honorarios cobran dos salarios el del IMSS y el de La Jornada. Me explicó una abogada de experiencia y conocedora de lo laboral que ello es un fraude al IMSS y, además, es inmoral.

“Quienes colaboran en la dirección, cosa que no necesariamente es delito en el capitalismo quiso más ganancias. Empezó por violar el contrato dando publicidad directa a reporteros o reporteras de excepción, luego quiso más e hizo gastos excesivos en cosas innecesarias, pagos extraordinarios a colaboraciones; viajes de alto costo al extranjero para causas internacionales, autos caros, gastos dobles en administración, gastos de viáticos para directivos, etc., asuntos investigados y demostrados por el sindicato.

“También me pregunto ¿por qué nadie recuerda cómo en 1989 y 1990 un grupo de sindicalizados se opusieron al acuerdo empresa sindicato para democratizar las comisiones publicitarias? Que hoy se entregan a reporteros privilegiados que la dirección considera buenos e indispensables para ese diario, violando el Contrato, una vez más…”

Fue un día triste al saber que dentro de los planes de los que controlan La Jornada, como islas de poder sin que una se toque a la otra, es, una vez más, apoderarse de la empresa Demos, Desarrollo de Medios, S. A. de C. V., editora de La Jornada.

“Las mafias del poder (una expresión de moda en México) que controlan La Jornada desde hace 18 años –preponderantemente la que encabeza Josetxo Zaldúa, quien goza la mayor confianza de la directora Carmen Lira– tienen entre sus objetivos el dominio absoluto de la empresa Demos, Desarrollo de Medios, S. A. de C. V., editora del periódico, con el aumento de socios o la aceptación de uno mayoritario, dando el golpe final al proyecto que encabezaron Carlos Payán, Miguel Ángel Granados Chapa, Héctor Aguilar Camín, Humberto Musacchio y la misma Lira.

“Ya lo intentaron en una ocasión y lo volverían a hacer en la Asamblea General Ordinaria de Accionistas que debió haberse realizado entre abril y mayo, pero, como ya es costumbre, convocarán para agosto o septiembre, cuando La Jornada cumplirá 33 años de existencia.

“Hace 13 años las mafias del poder en el diario intentaron romper uno de los candados clave (considerado un ícono) de los estatutos de nuestra empresa Demos, Desarrollo de Medios, S. A. de C. V., que la hace diferente a cualquier otra sociedad anónima con capital variable en México y, diría, América Latina.

“Desde su nacimiento, quienes la fundamos aprobamos por unanimidad la sexta cláusula estatutaria de la empresa: “Ningún accionista podrá tener una proporción mayor ni menor del capital social que los demás en acciones comunes.”

“Su capital social está constituido, desde entonces, por dos tipos de acciones: ordinarias y preferentes.

“Las primeras son propiedad de todos aquellos que participaron en su nacimiento en la elaboración editorial y administrativa del periódico (reporteros, escritores, investigadores, trabajadores de administración, etcétera) y tienen voto pleno en la Asamblea General Ordinaria anual para nombrar a los máximos directivos, vigilar las finanzas y decidir la política editorial. Todos –160 socios– son dueños del rotativo y tienen el mismo capital, con igualdad en la Asamblea de Accionistas. Ninguno ha recibido, en los 32 años de existencia de La Jornada, dividendos por los beneficios logrados por la sociedad.

“Como señalaba en párrafo anterior, algunas de las mafias que controlan La Jornada introdujeron, hace 13 años, en la orden del día de la Asamblea General Ordinaria de Demos, Desarrollo de Medios, S. A. de C. V. la modificación de la sexta cláusula estatutaria de la empresa.

“Querían aumentar el capital con pretextos financieros. En esencia el objetivo era el control total de la empresa. Muchos de los personajes cercanos a los grupos de controlan La Jornada –Josetxo Zaldúa, como gran jefe, sí asiste pero nunca interviene en los diálogos de la Asamblea– defendieron la propuesta con argumentos sin sustento:

“Trabajaba en La Habana y viajé a la Ciudad de México para asuntos familiares. Corría 2013. Me reuní con grandes amigos del periódico, algunos parte de la administración.

“Conocía la grave crisis interna. Me preocupaba el diario y, desde luego, a los trabajadores de Sitrajor, sindicato del que también soy fundador. Mi pregunta fue directa:

–¿Cómo estamos en el periódico?

La respuesta fue al grano, algo contundente.

–¿Cuál, Juan, se lo chingaron?”

Un día triste al ver a personajes respetados en el periodismo, la literatura y la academia proponer romper literalmente la huelga y apoyar a los corruptos que tienen el control del diario.

“La huelga del SITRAJOR dividió aguas. Muchos intelectuales progresistas, varios de ellos cercanos a López Obrador estuvieron al frente de los ataques contra los trabajadores en lucha por sus derechos.

“Mientras la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de la Ciudad de México declaraba inexistente la huelga a favor de la directiva, algunos que en otras ocasiones manifiestan su apoyo a las luchas sociales se lanzaron contra el elemental derecho a la defensa del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) y exigíeron que se declare ilegal. Ese fue el caso de Luis Hernández Navarro, Héctor Díaz Polanco, Sanjuana Martínez, entre otros.

“Allí estuvo el “Fisgón”, repitiendo viejos argumentos macartistas: “hay una mano negra tras los radicales”; como si los trabajadores en lucha fueran títeres, y como si defender derechos avasallados por una patronal “progresista” fuera una acción de la derecha. A muchos nos recordó los ataques de los “moneros” de La Jornada contra el Consejo General de Huelga en 1999/2000.

“Paco Ignacio Taibo II denostó a los trabajadores en lucha a los que calificó de “huevones” repitiendo tristemente los argumentos que la derecha utilizó contra el magisterio combativo. Llamó a un mitin en defensa de La Jornada frente a sus instalaciones, para “ganarle a los pinches sindicatos” que fueran a solidarizarse con los trabajadores, y a darles “el puro susto”. Lamentable lo de Taibo II, reclamando a gritos “una concentración” para romper la huelga.

“…Los argumentos de Taibo II, el Fisgón y compañía en torno a que hay “mano negra” del gobierno tras la huelga, sólo buscan justificar la política precarizadora de Carmen Lira y la directiva de Demos (Desarrollo de medios, SA de CV). Absuelven de toda responsabilidad por la suerte del periódico a la patronal. Si La Jornada desaparece, son los trabajadores los “culpables”…”

Para la tristeza, un recuerdo de arco iris.


Entre mis archivos me encontré ejemplares del periódico “azul celeste”, el periódico impreso por la planilla del mismo nombre que buscaba ser la primera dirigencia del Sitrajor. Es el único que ha existido en la lucha sindical dentro de La Jornada. La planilla perdió por cuatro o cinco votos frente a la planilla que comandaba el caricaturista Magú. 

                        




Estaba integrada por los siguientes compañeros:

Pedro Valtierra (hoy director de Cuartoscuro)
Secretario general
Manuel Altamira (Murió en el terremoto de septiembre de 1985)
Secretario de Organización
Juan Angulo (Director del Sur de Guerrero)
 Secretario del Trabajo y Conflictos
Eloín Santos (Editor en el periódico Reforma)
Secretario del Exterior
Javier Molina (Actualmente coordina talleres de poesía en Chiapas)
Secretario de Capacitación
Joaquín Pacheco (Académico de universidades en Quintana Roo).
Secretario de Finanzas
Gabriela Vélez (Editora, correctora y escritora en varios medios).
Secretaria de Actas.
¡Qué tiempos!
¡Tremendos recuerdos!
¡Qué golpe al corazón!
¡Qué diferencia con la realidad que vive hoy La Jornada!

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